jueves, 21 de septiembre de 2017

CANTABRIA: CAMPOO

Castillo de Argüeso
En nuestra última escapada autocaravanista pasamos varios días por tierras cántabras, centrándonos en la zona de interior, que teníamos muy poco explorada y que nos gustó muchísimo.
Quizá esta parte de Cantabria sea muy conocida por la estación de esquí de Alto Campoo, pero ofrece mucho más que deporte de invierno, tiene un patrimonio cultural realmente digno de descubrir. 
Llegamos a nuestra primera parada procedentes de Bárcena Mayor, de la que ya os hablaré en otra ocasión, y visitamos el Castillo de Argüeso, datado en el siglo XIII. Está rehabilitado por dentro, han hecho una serie de estancias en madera que seguramente se utilizarán para actos y eventos y se puede acceder mediante pago de la entrada. El recorrido es breve y nos ofrece unas vistas fabulosas y una gran sensación de paz. Se puede llegar con la autocaravana hasta una pequeña explanada muy cercana, el tramo a pie es de cinco minutos.
A unos 2 km del castillo está el poblado cántabro, al que no nos acercamos porque en el castillo nos comentaron que el acceso son la autocaravana no sería posible. Como a mi peque no le apetecía nada la caminata, se nos quedó en el tintero.

Nacimiento del río Ebro en Fontibre

De aquí fuimos hasta Fontibre, a ver el nacimiento del río Ebro. El acceso es fácil, hay una zona de aparcamiento junto al punto de información turística, eso sí, bastante inclinado. Desde ahí, bajaremos por un sendero hasta este lugar de la fotografía. Por el camino hay varias mesas con bancos donde hacer un picnic, además de una gran masa arbórea, así que estaremos protegidos del sol y muy cómodos. Hay un sendero a ambas márgenes y algún panel explicativo. Una parada imprescindible.

Reinosa

Paseamos y pasamos la noche en Reinosa. Esta zona tiene la pega de contar con pocas áreas de autocaravanas, pero gracias a la aplicación Park4Night, encontramos un sitio tranquilo para instalarnos sin problema de ruidos.
Os recomiendo que os acerquéis a la pastelería El Copo de Nieve y probéis los hojaldres de invierno, están espectaculares. Probamos también las pantortillas, típicas de aquí, pero aún estando buenas, no hay color, los hojaldres están superiores. Se conservaron perfectamente para el desayuno del día siguiente.

Hojaldres de invierno y pantortillas de El Copo de Nieve
Tras la parada en Reinosa y el paseo por el pueblo, nos acercamos a conocer las ruinas romanas de Julióbriga. Junto a éstas hay una pequeña iglesia románica, a la que fuimos por casualidad, mientras hacíamos tiempo para la visita guiada, pues está situada junto al foro romano, aprovechando en parte los cimientos de éste. Allí nos atendió un médico jubilado que trabajaba de voluntario precisamente para explicar esa joyita. Es una maravilla poder conocer este patrimonio y más aún que lo muestre alguien con tantísima pasión. No dejéis de acercaros a la iglesia de Retortillo, os va a encantar.

Detalle de uno de los capiteles de la Iglesia de Retortillo
La ciudad de Julióbriga debió ser impresionante en su día, pues con tan sólo el 10% excavado ya resulta bastante considerable. La visita de los restos es libre, la visita guiada es a la Domus, donde se ha recreado la que sería una de las casas de esta población, la más importante de Cantabria en su momento. Nos gustó mucho la guía, resultó muy didáctica y amena, de forma que pudimos disfrutar mucho en familia, algo que no siempre ocurre en las visitas guiadas.
Por casualidad durante unas semanas había una promoción conjunta para la visita de Julióbriga y el yacimiento de Camesa Rebolledo, del que ni siquiera habíamos oído hablar, así que decidimos acercarnos porque estaba muy próximo a Julióbriga.

Arqueositio de Camesa Rebolledo
Nos encontramos de nuevo con una visita muy didáctica y amena de este asentamiento romano de gran importancia, a juzgar por los hallazgos de las excavaciones que todavía se están realizando. En la actualidad se está trabajando en los restos de un balneario con mosaicos que pinta muy bien y ojalá pueda verse pronto.

1 comentario:

  1. Qué maravillas de escapadas hacéis, y encima con lo que me gusta a mí esto de conocer nuestro patrimonio. Aunque en este caso los hojaldres también me llaman, jajajaja.

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